Identificando retos al comienzo de las asistencias técnicas

Cada vez hay más ayuntamientos concienciados con el problema de la pobreza energética que deciden tomar parte. Desde el Energy Poverty Advisory Hub estamos acompañando a 35 municipios de la Unión Europea, a través de asistencias técnicas realizadas por expertos locales, a abordar este problema de forma práctica. Se trata de asistencias técnicas orientadas a la acción local.

Si bien el abanico de opciones a los que podían acceder los municipios a través de la primera convocatoria de EPAH eran: Diagnóstico, planificación o implementación de medidas contra la pobreza energética, la mayoría de los ayuntamientos ha escogido hacer el diagnóstico. Así, se quiere responder, con ayuda experta, a preguntas como: ¿Cómo afecta la pobreza energética a la población? ¿Dónde se concentra? ¿a quién afecta más? ¿qué medidas son más necesarias?

Y es que, más allá del pago de ayudas de urgencia para evitar cortes en los suministros energéticos, el abordaje de la pobreza energética es relativamente nuevo. Con la ayuda de EPAH y de los expertos locales, los ayuntamientos beneficiarios de esta primera convocatoria se enfrentan a estas preguntas.

¿Qué nos encontramos al comenzar la asistencia técnica?

En primer lugar, un pequeño equipo humano preocupado por el problema y con muchas ganas de recibir orientación. Con la ayuda de EPAH en las primeras sesiones de trabajo, este equipo aterrizará los objetivos concretos de la Asistencia Técnica. ¿Qué necesitan exactamente el municipio para avanzar en el abordaje de la pobreza energética? ¿cómo quiere orientar el trabajo? ¿cómo utilizarán los resultados? Y una vez identificadas las necesidades y los límites, es decir, definido el alcance, EPAH propone a una organización experta que pueda realizar satisfactoriamente la tarea.

Si el ayuntamiento está de acuerdo con la propuesta, comenzamos. Desde los ayuntamientos en ocasiones se encargan estudios que desgraciadamente luego se quedan a vivir en un cajón. El primer reto es elaborar conjuntamente el plan de trabajo. Para evitar este escenario tan poco deseable, la asistencia técnica de EPAH arranca con una reunión de alcance donde se establecen los resultados deseados, el calendario de trabajo y los recursos asignados. Se establece una metodología y se acuerda el plan de trabajo con los respectivos compromisos.

También es importante que, si todavía no se ha involucrado a la delegación de Asuntos Sociales al equipo, que se haga lo antes posible, pues en esta delegación se hayan las trabajadoras municipales que mejor conocen a las personas en riesgo o situación de vulnerabilidad de la ciudad y que tienen un trato directo con ellas.

Segundo reto: Obtener la información necesaria

Una vez establecido el plan de trabajo, nos encontramos, por un lado, con un experto/a que muy probablemente no conoce el municipio, ávido de información. Y por otro, con un equipo de técnicos municipales con muchas ganas aprovechar al máximo la ayuda, sin saber muy bien cómo aportar. En el caso de los diagnósticos de pobreza energética, los expertos diseñarán la metodología de estudio y es deseable que propongan tareas. Éstas pueden incluir la recopilación de una parte de los estadísticos, o la realización de los cuestionarios elaborados por los expertos, por ejemplo.

En particular, el segundo reto es la obtención de la información necesaria, en el formato que permita su análisis. El experto pedirá muchos datos: desde informes relacionados directa o indirectamente con la materia, como del estado de las viviendas, desigualdades en el municipio, a ayudas de viviendas sociales, ayudas energéticas, acciones desarrolladas, campañas, datos de consumo energético, renta…

Estos datos serán más útiles cuanto más desagregados estén (por género, por barrio, por calle), para poder hacer la radiografía de la pobreza energética más ajustada a la realidad. Todo aquello que le permite caracterizar este complejo fenómeno.

Por su parte, los técnicos, a pesar de la voluntad de colaboración, no siempre cuentan con el acceso a estos datos. Por lo que, nos encontramos el siguiente reto que es obtener la información de los departamentos donde está. Y esto muchas veces es más complicado de lo que podría parecer, bien porque la comunicación entre departamentos municipales no siempre es la deseable, bien porque el formato en el que están los datos no permite su desagregación. Sin embargo, cuanta más información se facilite y más detallada, mayor calidad tendrá la radiografía.

Involucrar a todos los actores locales y a la sociedad civil

En paralelo, es conveniente involucrar a todos los departamentos municipales que directa o indirectamente puedan influir tanto en el diagnóstico, como en la búsqueda de soluciones. Así que, a Asuntos Sociales es muy útil que se unan: Urbanismo, Vivienda, Medioambiente, Energía y aquellos departamentos que puedan colaborar. En particular, la implicación de informática y o estadística es altamente recomendable.

Finalmente, si bien los ayuntamientos son los agentes que pueden liderar el proceso, es importante que la sociedad civil disponga de los canales y los mecanismos para aportar tanto su conocimiento del problema de la pobreza energética, así como sus necesidades y propuestas de soluciones. Al final, la pobreza energética es un fenómeno que atraviesa la sociedad, que no se circunscribe a un grupo o barrio concreto y no siempre las personas que la sufren acuden a los servicios sociales a pedir ayuda. Hay numerosas asociaciones que aportan soluciones y pueden enriquecer el abordaje de este problema, para que las políticas locales respondan realmente a las necesidades de cada lugar.

* Artíclo de Alba del Campo, periodista, consultora energética de Ecoserveis y técnica del proyecto europeo EPAH.