De qué se habla cuando se habla de remunicipalizar los servicios de energía

El debate sobre la municipalización de servicios es un tema de actualidad. El posicionamiento tiene ciertas raíces políticas e ideológicas pero también un componente técnico. En el caso de los servicios energéticos a menudo oímos hablar de remunicipalización de servicios energéticos y de recuperar el control de la energía; y vale la pena enmarcar el debate.

¿Por dónde empezamos?

El sector energético se estructura en cuatro actividades:

  • La generación (los sitios donde se produce la electricidad)
  • El transporte
  • La distribución
  • La comercialización

Cuando hablamos de municipalización, es esencial identificar sobre cuál de las actividades se está planteando la recuperación del control público.

Con la llegada de la liberalización del sistema eléctrico, la generación y la comercialización se liberalizaron, mientras que el transporte y la distribución se han mantenido regulados y controlados en más de un 90% por las grandes empresas. De este modo los costes de inversión en las infraestructuras los pagamos los usuarios de energía a través de los peajes de acceso y así las empresas recuperan la inversión y mantienen la propiedad una vez recuperada la inversión.

En resumen, una anomalía en toda regla, ya que las inversiones asumidas por los usuarios de energía son propiedad de las empresas.

La distribución como servicio público

La red de distribución no es un negocio especulativo: es un elemento facilitador. Por eso tiene sentido hablar de municipalización o remunicipalización de las redes de distribución, recuperar su control y defender la vocación de servicio público.

En los últimos años muchas administraciones han presentado proyectos de municipalización, pero la gran mayoría han iniciado el proceso impulsando la promoción de comercializadoras de electricidad y no han abordado la distribución.

El caso de Barcelona Energía es un ejemplo de interés para impulsar procesos de municipalización o remunicipalización de servicios energéticos. Pero es solo un primer paso, ya que el operador eléctrico metropolitano es una comercializadora pública de electricidad que ofrece electricidad 100% renovable a través del sistema Garantía de Origen.

Esta actividad aislada, sin embargo, ya está liberalizada; la comercializadora por sí misma solo tiene sentido si sirve de herramienta para impulsar la generación renovable local. El valor añadido es convertirse en un agente de transformación energético al municipio y este es el reto principal de éste y otros operadores energéticos que se han impulsado a lo largo de los últimos meses.

El camino no es sencillo, pero teniendo el objetivo de la municipalización de las redes de baja tensión, vale la pena fijarse en experiencias inspiradoras como los procesos de remunicipalización de la red de distribución eléctrica impulsados por la sociedad civil en Hamburgo o Berlín. El Ayuntamiento de Hamburgo, por citar un ejemplo, adquirió la red de distribución eléctrica el año 2014 y ya se plantean adquirir también la red de distribución de gas.

Sobre municipalización de la energía también hemos comentado en este artículo del diario El Salto dedicado a analizar el impacto de la empresa comercializadora de energía de Barcelona.